-He estado pensando…
-¡Oh Dios, sálvanos a todos!
Diálogo entre los protagonistas.
Gran decepción cinéfila, sobretodo viniendo de David Fincher, director de Seven, El club de la lucha o The Game entre otros grandes títulos.
La película es un thriller sobre un asesino en serie que aterrorizó la zona de San Francisco durante los años 60 y 70. Está basado en hecho reales cosa que, no se sabe bien por qué, siempre resulta un valor añadido. Sin embargo el film en cuestión resulta de lo más soporífero. Literalmente. Creo que nunca me he dormido en el cine pero el sábado pasado tuve que hacer serios esfuerzos para no desconectar mi conciencia.
Generalmente una película larga corre mayor riesgo de hacerse lenta, aburrida. Para evitar esto debe de atraer la atención del espectador, normalmente a través de inesperados giros de guión que no solo sorprendan, sino que además consigan alterar el significado de los acontecimientos, tanto de los venideros como de aquellos que ya han sucedido.
ATENCIÓN SPOILER
Desgraciadamente el único interés que sobrevive a lo largo del film, el conocer la identidad del asesino, también acaba siendo un fracaso, pues después de casi tres horas de película, ni siquiera se desvela su identidad.
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