“ Cuando de nuevo la vida se recupere en ti, cuando su ritmo haya superado el ritmo de mi recuerdo, piensa una última vez en mí y vuélvete deliberadamente hacia el futuro; sé feliz en los brazos de otro. ”
Félicien Joly, 15 de noviembre de 1941
«Vivir a muerte«, publicado por la Editorial Barril & Barral en el 2009, es todo un testamento epistolar que recoge las 500 últimas cartas escritas por 350 reos ejecutados durante la segunda guerra mundial. Los hay que murieron fusilados, guillotinados o incluso decapitados a golpe de hacha, pero la mayoría de los testimonios desprenden un coraje, una templanza e incluso un pragmatismo inusitados en jóvenes que han visto truncada su vida de un modo tan repentino.
He aquí algunas muestras:
«Sed fuertes como lo seré yo cuando las balas me sacudan.»
«Dejo mi chaqueta de cuero, trata de recuperarla.»
«He cumplido con mi deber, sólo siento, y de todo corazón, haber matado.»
Vía «El País«.
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Tuvo que ser muy, muy chungo. Putos nazis!