Sucede algo curioso con este blog. Pese a que las visitas se han mantenido más o menos estables desde hace bastante tiempo, los comentarios han ido descendiendo paulatinamente hasta el punto de convertirse en una rareza.
No estoy seguro del motivo de esto, pero puesto que la temática variada de los artículos siempre ha sido una constante, intuyo que gran parte de la culpa la tienen las redes sociales.
Para bien o para mal, la conversación se está trasladando (o en muchas páginas web, como esta, ya se ha trasladado) a estos medios. Ante un contenido interesante, Twitter y, sobre todo, Facebook generan el diálogo en los comentarios de los enlaces compartidos. Esto no es algo negativo per se, pero para muchas webs, esta fuga de usuarios conlleva también una fuga de ingresos. Después de todo, el dinero (básicamente de la publicidad) va donde están los usuarios.
Por supuesto existen soluciones. La propia plataforma de Facebook permite incrustar su sistema de comentarios en los propios artículos de un blog, pero decidirse por este sistema comporta, a su vez, renunciar a cierta independencia al depender de un tercero para gestionar el diálogo con y entre los usuarios de una web, además de quedar a merced de las decisiones que, en un futuro, pueda tomar este tercero. No digo que vaya a suceder, por lo menos dudo que así sea a corto plazo, pero imagina, por ejemplo, que el día de mañana Facebook decide cobrar a todas las páginas que implementan su sistema de comentarios.
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