Por cosas como éstas, los videojuegos nunca llegarán a ser considerados como una forma de expresión artística generalizada. Resulta que, según Capcom (en inglés), para ser nominado en los premios AIAS, uno de los certámenes más parecidos a los Oscar pero del mundo del videojuego, es necesario pagar varias decenas de miles dólares. Vamos, que hay que comprar, cuanto menos, la nominación.
Quizás eso explica por qué pese al reciente lanzamiento de titulos de la talla de Okami o Dead Rising, Capcom ha sido excluida de este sobrevalorado y patético concurso.
No quiero ni imaginarme que pasaría si algo así se hiciera público en el mundo del cine o la música (ojo, no digo que no exista). En cambio, en este mercado lúdico, parece que no se le de la menor importancia.
Vía Hardgame2.