La industria del entretenimiento, pese a que finja, traicionera ella, estar de rodillas a merced del «diablo de internet» (emule, ares, rapidshare y demás), exprime a sus clientes como ningúna otra.
La aparición periódica y constante de nuevos soportes provoca que las reediciones de material preexistente estén a la orden del día, y la evolución tecnológica se ha erigido como estandarte, o excusa, para que el consumidor sufra en su bolsillo esta constante actualización.
No me malinterpretéis, me parece lógico, loable y personalmente apetecible que exista una mejora constante de la tecnología; que los televisores tengan cada vez más resolución, que los aparatos de música suenen cada vez mejor (si eso todavía es posible) y que los videojuegos gocen de una apariencia cada vez más realista, pero sencillamente, es vergonzoso que nos cobren una y otra vez por el mismo material.
El mundo del cine, por ejemplo. La aparición del VHS, el DVD, el Bluray o últimamente los servicios de video a la carta agravian al consumidor reiterativamente, de tal forma que si, por ejemplo alguien compró en su día la trilogía de «El Padrino» en VHS y ahora quiere disfrutarla en alta definición en su nueva televisión plana, debe volver a comprarla en HD. Pecando de una inusitada candidez, tal vez podría argumentarse que el consumidor está volviendo a pagar porque ahora disfrutará de una calidad superior o incluso de un contenido adicional, todo ello consecuencia de un nuevo esfuerzo de las empresas productoras que debe ser recompensado económicamente. Pero la triste realidad es que en el caso del Bluray concretamente, esto no suele ser así, de hecho, muchas reediciones aparecidas hasta ahora tienen una calidad que, pese a ser en alta definición, deja bastante que desear.
Algo parecido sucede con la música, donde los soportes físicos están desapareciendo. Cada vez menos gente escucha música en un CD de audio. Los iPod’s, los teléfonos móviles y demás reproductores mp3 se han impuesto casi por completo. Aunque aquí al menos, cabe la posibilidad de que el propio usuario convierta su música a formato digital, pues este último formato, pese a sus ventajas, no tiene una calidad necesariamente superior al tradicional CD.
El mundo de los videojuegos sin embargo, hasta ahora se había mantenido inmune a esta onerosa lacra, pero actualmente está sucediendo algo todavía más deleznable.
De hecho, la industria lúdica empieza a gozar de una cierta madurez, aunque sea solo en un sentido cronológico. Las desarrolladoras son conscientes de la existencia de nuevas generaciones de jugadores que no conocen algunos juegos antiguos pero excelentes, y por antiguos me refiero a que pertenecen a sistemas ya descatalogados, y se han decidido a explotarlos económicamente, otra vez. Muchos de estos títulos son joyas intemporales que han proporcionado horas y horas de diversión a millones de personas, pero su relanzamiento se realiza en unas condiciones totalmente anacrónicas.
Afortunadamente algunas empresas realizan un «remake» importante, volviendo a desarrollar todos los gráficos en alta definición o incluyendo contenido inédito e importante que merece ser pagado, pero la mayoría de las veces se trata del mismo título, sin haber sido modificado ni un ápice.
Estos juegos ya están hechos, y por lo tanto la inversión de su desarrollo, ya fue recuperada. Es más, su reedición se lleva a término gracias a todas las personas que compraron el título original pues nadie tiene interés en volver a poner en el mercado títulos mediocres que el público ya rechazó en su día.
Resultaría lógico pues que existieran descuentos considerables para los antiguos compradores de estos títulos reeditados, ya sean juegos, películas o música, y que ahora quieren volver a disfrutarlos en sus nuevos sistemas. Pero nunca es así.
En realidad no sería algo díficil de implementar. Bastaría con enviar algún número de serie, algún recorte discreto del packaging» o incluso el propio soporte físico.
Los consumidores tenemos el poder de imponer nuestros deseos, nuestras exigencias, pero solo lo conseguiremos haciéndolo de forma masiva.
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Interesante.
Deberían trasladarse y protegerse legalmente las potestades inherentes al formato físico de las que goza el usuario.
Por otra parte, la distribución digital me parece una oportunidad para subsanar lo que he mencionado en la entrada, para facilitar en definitiva que las reediciones de material preexistente no fueran cobradas de nuevo a quien ya las ha comprado una vez. O por lo menos, que los descuentos fueran importantes.
Eso podría ser un buen comienzo. Solo hace falta un poco de interés. Desgraciadamente me temo que, al menos hasta ahora, los productores de contenido no tienen ningún interés en tomar esta clase de medidas.
Yo lo que suelo defender es el formato fisico en los videojuegos. La gente suele estar contentisima con esto, conque a partir de ahora vayamos a comprar bits solamente, ni siquiera recibamos una bonita edición que almacenar en una estanteria en la que enriquecer una colección.
Daros cuenta de que la desaparición del formato fisico que quieren imponer y aceptais de buen grado es un paso mas a agarrarnos totalmente por los huevos y mañana dejaros colgando boca abajo para vaciaros totalmente los bolsillos. Adios al mercado de importación, adios al mercado de segunda mano, adios a prestar los juegos con amigos…. adios a todos esos DERECHOS que tenemos y que la mayoria de gente pareceis aceptar como revolución. Vaya pais.
Además , los juegos en descarga , el precio mas barato es solo en algunos, muchos ya valen lo mismo y no dudeis que los harán incluso mas caros cuando SOLO existan juegos en descarga, pues solo se podran conseguir de ese modo. Y acabarán cobrando no solo por bajartelo, sino aparte por cada partida que quieras hechar. Pero de esto solo nos damos cuenta unos pocos.
Un conocido centro comercial de Madrid hizo una iniciativa en la que te pagaban nosecuanto por cada VHS que les llevabas. Como minimo algo asi. O si no eso mismo… que con la tipica prueba de compra (esa que venia en la esquinita de la portada de la caja de la peli) te hagan un descuento importante al comprarla en un nuevo formato.
Entonces que no toquen tanto las pelotas con las descargas P2P
Por ejemplo, yo me compré Blade Runner en edición megachupiultrafreak en caja gorda metalica con folletos de arte extras y no se si eran 5 discos. Lo que pasa es que estas ediciones chulas solo te las sacan en DVD , con lo que juegan con tu corazoncito y con tus sentimientos como aficionado ya que te dan a elegir entre esa versión molona pero en dvd o una version CUTRE CON AVARICIA pero en BluRay. Pues mira yo me la compré en DVD edición esa que digo y luego me descargué un BluRay-Rip (un avi de 8 gigas lo menos que obviamente se ve de p.m.) y que me digan misa de que si soy un pirata y bla bla bla. TENGO DERECHO. Donde las dan las toman. Ya les compré no solo su peli, sino su peli en su edición guay…
Y eso con cantidad de pelis eh…
Ya pueden poner su blog para que todos los lean en "NOTICIAS SIN CENSURA" solo dar clic en (add my blog) todos estan invitados, saludos
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"Pues mira yo me la compré en DVD edición esa que digo y luego me descargué un BluRay-Rip (un avi de 8 gigas lo menos que obviamente se ve de p.m.) y que me digan misa de que si soy un pirata y bla bla bla. TENGO DERECHO."
Pues no, así a ojo no creo que tengas derecho. Cuando compraste la película en dvd, la compraste con esa calidad. No compraste "el derecho a disfrutar del contenido a la máxima calidad pero sujeto a las limitaciones de espacio del dvd, junto con el derecho perpetuo a conseguir el mismo contenido, cada vez con mejor calidad, conforme vayan mejorando los soporte físicos". Has pagado por ese contenido en esa calidad. Si quieres una calidad mejor, pues a pagar.
<strong>La industria tiene derecho a ofrecer lo que le de la gana, y si los usuarios somos tontos o tenemos poca visión de futuro es nuestro problema.</strong>
Es vergonzoso que nos sobren una y otra vez por lo mismo, pero es que habrá que saber por qué nos estan cobrando… si por el material original cuya calidad está condicionada al soporte o si por el material original en la máxima calidad posible presente y futura (en forma de descuento, obviamente no te lo iban a dar gratis jamás).