Ayer noche, estuve charlando con un conocido que, con más tesón y esfuerzo que éxito, intenta ganarse la vida como músico. Bajo su punto de vista toda la tecnología que internet ha traido al mundo de la música no es sino una lacra para los artistas noveles. Afirmaba «estar» en iTunes, Spotify, tener cuenta de Facebook, un blog, etc, pero se lamentaba de la inutilidad y el engaño que suponen todas estas plataformas, pues los únicos que consiguen lucrarse gracias a ellas son cuatro artistas ya consagrados. Obvió por completo los casos de artistas como Arctic Monkeys, Pablo Alborán, Adele, Carly Rae Jepsen o incluso (perdóname, lector) Justin Bieber y Psy. Por supuesto, y como no podía ser de otro modo, estos casos son una diminuta minoría, pero son también un ejemplo del poder de la Red y de como, sin ella, muy probablemente estos músicos no hubieran podido triunfar.
[bctt tweet=»Solo triunfarán los nuevos músicos que entiendan todo lo que internet es capaz de ofrecer.» username=»inkoherence»]Pero lo más importante, y que todavía no es capaz de entender este artista, es que ya no basta con tener presencia en la red (en realidad nunca ha bastado). Las redes sociales y las plataformas de distribución de música online, ya sea en streaming o en descarga, no son sino canales para llegar a público potencial. Y, he aquí, la palabra clave: potencial. De poco o nada le sirven estos medios a un artista novel sino sabe como promocionarse en ellos y, por tanto, si no destina recursos a tal finalidad. Y me refiero tanto a recursos económicos como de tiempo y de conocimientos.
Debemos dejar atrás la idea de que en internet no es todo gratis y la promoción, salvo en contadísimas ocasiones, todavía menos.Los nuevos músicos que creen en su talento y apuestan por su trabajo deben ser consciente de que, casi con total probabilidad, necesitarán ayuda profesional para lograr que su obra llegue al mayor número de personas posible. Es este profesional quien sacará partido de todos estos canales (redes sociales, servicios de música en streaming, publicidad, blogs, etc) y de nada sirve adoptar posturas ludistas y lamentarse blandiendo falacias del estilo «cualquier tiempo pasado fue mejor«.
Internet está aquí para quedarse y si solo entendiendo todo lo que es capaz de ofrecer podremos beneficiarnos de tan disruptiva invención.