[…] Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.
Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte. […] Gervasio Sánchez. Discurso premio Ortega y Gasset de fotografía 2008
El camino hacia la paz y la justícia es largo y duro, demasiado duro. Tanto que ni si quiera nuestros lideres, aquellos que deberían representar el espiritu y la voluntad de sus pueblos, se atreven a recorrerlo.
Por fortuna, de vez en cuando, el talento y la valentía se toman de la mano no solo para destapar a cobardes caciques sino sobretodo para despertar conciencias acerca de la culpabilidad que supone la indiferencia.
Gervasio Sánchez, reportero gráfico de guerra, promulgó un impactante y valiente discurso cuando fue a recoger su premio como ganador de la edición 2008 del premio Ortega y Gasset de fotografía. En él, puso en evidencia a todos los gobernantes españoles desde la transición, resaltando su hipocresía al manifestarse en contra de los conflictos bélicos pero permitiendo que España se haya convertido en uno de los mayores exportadores de minas y bombas rácimo, convirtiéndo a toda una nación en cómplice ciega de miles de muertes y mutilaciones a lo largo y ancho de todo el globo.
Lamentable también resulta que pese a la relevancia del certamen, el discurso de Gervasio fue prácticamente censurado de facto, siendo eludido por los medios de comunicación de mayor alcance. No obstante la blogosfera vuelve a demostrarse como un excelente medio alternativo y, hasta cierto punto, independiente.
A continuación os dejo algunas instantáneas de Gervasio Sánchez, y en este enlace de Flickr podéis encontrar más:
Por cierto, si os han gustado sus fotografías no dudéis en comprar el libro «Vidas Minadas. Diez años después.«. Todos los beneficios de su venta irán a parar a proyectos de apoyo a la victima y distintas campañas de desminado en diversos paises.
Via Kaosenlared.net.
Pulsad en el enlace para acceder a la transcripción del discurso íntegro.
0 comentarios
Probablemente sí, la indiferencia se deba al argumento fácil: "si no las vendemos nosotros, lo hará otro país". De todas formas, a la larga, este egoísta razonamiento solo puede llevar a la destrucción de alguno de los jugadores de esta macabra partida. Y, si en última instancia, solo quedara uno, este jugador también perdería la partida. Para ganar es necesario alguien que pierda y para enriquecerse alguien tiene empobrecerse.
Posiblemente haya suficientes recursos para toda la población humana. Quizás el problema esté en algo tan básico como nuestro egoísmo, siempre tendemos a desear más que los demás. Aún así también yo confío en la educación como mejor instrumento para moldear nuestras peculiaridades más básicas y destructivas. Pero la educación desde un punto de vista todavía más global, con especial hincapié en materias como ética, filosofía o historia, estimulando no solo el concepto tradicional de inteligencia, sino también la llamada inteligencia emocional.
Por cierto, magnífico comentario, prácticamente podría ser otra entrada.
Los que sienten indiferencia ante el hecho de que España exporte armas, es probable que piensen que de no hacerlo nuestro país, lo haría una empresa de cualquier otra nación. ¿Qué opinas de eso, puede ser así de simple? Claro que si en la naturaleza del sr humano estuviese negarse a estas prácticas, no habría ninguna otra nación dispuesta a ello, simplemente nuestro sentido de lo correcto no nos dejaría.
La pura realidad es que de los seis mil millones de personas que existimos ahora, aquellos que no pertenezcan a la sociedad occidental o a una con estrechos vínculos comerciales con ella, no son más que cifras, peones que se pueden mover sobre el tablero y sacrificar sin ninguna consecuencia, porque siempre se puede empezar otra partida en algún otro lugar del globo y con otros peones de otra generación.
¿qué siente alguien que trabaja para una compañía de armamento? ¿Siente que protege la libertad del ciudadano occidental? ¿La libertad de su bolsillo?
Muchos de nosotros no valemos lo que comemos, estamos dispuestos a todo por vivir cómodamente.
¿Creo que las armas son necesarias? Sí. ¿Para defenderse de quién? De gente que crea armas en países vecinos. Es más fácil jugar al juego de la vida que tratar de decirle a cada jugador los pasos a seguir para que la partida termine con el mejor resultado para el grupo y no para ciertos individuos ¿eso no es en cierto modo una rama de las matemáticas, llamada teoría de juegos (que se merece un post o muchos posts)?. Queda un largo camino por recorrer para eliminar esta mierda, la educación parece el único camino pero, ¿cómo toda esa gente con formación avanzada, es capaz de diseñar y desarmar los conceptos de mecanismos avanzados de defensa e ingeniería, y no son capaces de ver más allá de los planos de sus productos? ¿Cómo pueden mentes brillantes carecer de la empatía para darse cuenta de que las balas no son huevos kinder, que si se siguen fabricando es porque se siguen disparando, que se disparan sobre objetivos idénticos en verdad a sus familiares y amigos? Ojalá todo el mundo se pusiera de acuerdo y se dejara de fabricar armamento, lamentablemente eso no ocurrirá jamás, los humanos como especie sólo existimos para reordenar nuestro entorno, y las guerras son parte fundamental, al menos eso parece hasta ahora, del proceso de creación y destrucción en el que vivimos desde el amanecer de nuestro fragmento de tiempo como especie más o menos invariante.