La mayoría conocemos los drones, principalmente por su polémico uso bélico o por el proyecto de Amazon de utilizarlos para repartir sus productos. Sin embargo, resultaba desconocida su utilización en el mundo artístico, más concretamente en la danza.
Fruto de la colaboración de la empresa japonesa Rhizomatiks y la troupe, también nipona, Elevenplay ha surgido un espectáculo en el que se utilizan drones para iluminar y proyectar las sombras de los bailarines. Lo curioso es que las máquinas no se quedan en el anónimáto, sino que forman parte de la escena y cada una de ellas dispone incluso de su propia coreografía logrando así una serie de efectos que recuerdan a las películas «stop-motion» (esas normalmente tradicionalmente hechas con plastilina) pero usando las sombras como si fueran personajes de la obra.
En el canal de Youtube de Daito Manabe, de Rhizomatiks, aparecen otros usos de la esta técnica. Por ejemplo, uno experimento con 24 drones volando simultáneamente:
Todavía se trata de algo casi experimental, pero las posibilidades en el mundo del arte, resultan prometedoras.
Al margen de la utilización de drones, Rhizomatiks y Elevenplay han colaborado en otros espectáculos donde también se puede apreciar el uso de otras tecnologías visuales en tiempo real, como complemento esencial para la musica y el baile. Por ejemplo, esta actuación del SonarSound Tokyo Festival 2013: