Mientras continuo trabajando en la nueva versión de la página web, aquí tenéis una nueva dosis de incoherencias, esta vez dedicadas a la faceta más «punk» de Mozart.
El otro día haciendo «zapping», vi un fragmento del programa «Españoles en el mundo«, dónde un español que vivía en Austria narró una anécdota cuanto menos, sorprendente. Resulta que Wolfgang Amadeus Mozart, considerado como uno de los mejores músicos de todos los tiempos, adalid de esa música que, por lo menos para profanos como yo, es el máximo exponente de la elegancia artística, compuso un cánon títulado «Leck mich im Arsch», cuya traducción vendría a ser algo así como «Chúpame el culo»:
Semejante derroche artístico iba dirigido, ni más ni menos, que al arzobispo de Salzburgo quien parece ser, que consideraba al genio Austríaco como una especie de propiedad estatal y, además de otorgarle un estipendio impropio de su talento, se encargaba de restringir sus movimientos para que no se alejara demasiado de la corte del soberano.
Lámeme el culo bien,
lámelo bien hasta quedarse limpio,
bien y limpio, lame mi culo.
Es un grasiento deseo,
bien embadurnado de mantequilla,
como el chupar la carne asada, mi actividad diaria.
Tres chuparán más que dos,
vamos, pruébalo,
y lame, lame, lame.
Todo el mundo se chupa su culo.
Wolgang Amadeus Mozart
Por cierto, según la Wikipedia, últimamente ha aparecido una cierta controversia sobre la verdadera autoría del cánon «Leck mich im Arsch», pero parece que, por lo menos la letra, sí fue escrita por Mozart.
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Por si te interesa investigar un poco más, te diré que Mozart nunca dejó de ser un niño grande. Son innumerables las obras de este genio que tienen por el medio bromas, tanto dirigidas al público como a los propios músicos e intérpretes.
Si te pica la curiosidad, hay otro canon que si no recuerdo mal se titula «Oh du eselhafter Martin» en el que también aparece la frase «Leck mich am Arsch» (después de todo, estas palabras en alemán tienen el mismo sentido que decir en castellano «Vete a tomar por culo».
En fin, que Mozart tiene un lado oscuro que se intentó quizás ocultar, pero los que por suerte podemos dedicarnos a la música sabemos cosas que otros ni se imaginan.
Gracias por la aportación JenniDorf.
No soy ningún erudito en el tema, pero ya había leído sobre el singular carácter del genio Austríaco. Incluso me suena haber leído sobre cierto desorden psicológico, algo parecido al autismo, creo recordar, y que facilitó su talento, a costa de ciertas habilidades sociales.