Días singulares me han acontecido en el sur de Francia. Días de carretera, de sol, de sueños que no he vivido pero que creí míos. En definitiva, vacaciones extrañas recorriendo la Provenza.
Y viajando entre sus manjares, entre quesos deliciosos y aquellos caldos que han conquistado millones de corazones, vinos «cop de couer«, llegué hasta Arlés, la tierra premiada por César, la ciudad tranquila que fue olvidada por la vigilia, cuyas calles oníricas humedecieron con la eternidad de los pinceles de Van Gogh.
Allí se celebran durante todo el verano «Les rencontres d’Arles«, una especie de festival internacional de fotografía donde decenas de inmuebles de la zona antigua se convierten en improvisadas galerías de arte. Además las exposiciones meramente fotográficas, se complementan con otras representaciones artísticas tales como conciertos o proyecciones multimedia.
Pese a que mi visita fue bastante fugaz, encontré algunas fotografías francamente notables. No obstante, entré a una proyección multimedia, creo recordar que era una selección de trabajos de una escuela de arte, que fue absolutamente insufrible. Su visita no mereció si quisiera el haber podido utilizar, muy oportunamente eso sí, su servicio.
Eran una serie de vídeos, de escasísima duración (alrededor de dos minutos) a cada cual más absurdo. Recuerdo un par. En el primero aparecía una chica moviéndose muy lentamente en lo alto de alguna terraza con una ciudad difuminada de fondo. Nada más. Para más inri el movimiento de cámara sucedía muy bruscamente, haciéndose verdaderamente incómodo contemplar la escena. La segunda abominación animada que recuerdo, es una bombilla cayendo al suelo, cuyo sonido al romperse, repetido hasta la saciedad, formaba algo remotamente parecido a una melodía tan inmunda que hubiera sido el consuelo de cualquier sordo.
Quiero pensar que al tratarse a la «obra» de estudiantes, de artistas que todavía están aprendiendo, eso repercute en la calidad de la obra, que aquello solo debe ser valorado como un ejercicio de experimentación, pero de veras, espero que el camino del próximo arte, no se parezca a eso.
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Madre mía cari… No sé si pensar que estos comentarios son fruto de un pesimo viaje…puede que estuvieras cansadito y no percibieras toda la plenitud de lo expuesto… Es que has sido muy malo!!!! No seas así hombre…
Jejeje… no te preocupes.
Las exposiciones fotográficas estaban muy bien. Vi pocas, pero en cada sala siempre había alguna instantánea que sorprendía.
Respecto a lo demás… bueno, mejor te lo cuento cuándo nos veamos. Pero te aseguro que aquella proyección multimedia fue nefasta.