Grooveshark, más que una alternativa a Spotify

Tal vez no sea lo más idóneo empezar a escribir sobre un producto mencionando directamente a su más feroz competencia, pero la realidad es que Spotify se ha convertido en el servicio número uno de streaming de música, y lo ha conseguido por méritos propios. Es por ello que cualquier otro servicio de música por internet, como Grooveshark,  no puede sino tener que enfrentarse con la alargada sombra de Spotify.

Pese a las evidentes similitudes, el funcionamiento de Grooveshark, difiere notablemente del de Spotify. Ya los inicios del servicio, fueron muy diferentes los actuales, siendo los usuarios recompensados económicamente cuando subían a Grooveshark música que disponían legalmente. Desgraciadamente, este original modelo de negocio, no tardó en revelarse como inviable, imagino que principalmente debido a ciertos aspectos legales del mismo. A partir de entonces, orientaron su modelo hacía un «clásico» servicio de streaming musical a través de internet. No obstante mantienen una diferencia fundamental con otros servicios similares (como Spotify), pues todo su catálogo musical sigue nutriéndose de las aportaciones de los propios usuarios. Y pese a lo que pudiera parecer, este modelo no está reñido con la legalidad; cuando alguna compañía discográfica, los propios autores, o cualquier otro ente con personalidad jurídica cree que el servicio vulnera sus derechos de autor, requiere a Grooveshark para que retire dicho material o en su defecto, y como suele recomendar la propia gente de Grooveshark, que soliciten un pago por cada reproducción de aquellas canciones objetos de conflicto.

En cuanto a la aplicación en si, lo primero que llama la atención es su interfaz, pues se trata de una página web desarrollada en Flash. Además también disponen de una aplicación Adobe AIR solo disponible para usuarios VIP (aquellos que pagan una cuota). Dicha interfaz está muy trabajada, pero acusa gravemente de un paupérrimo rendimiento, algo habitual en aplicaciones Flash de esta magnitud, sobre todo en la plataforma Mac.

No dispongo datos sobre la cantidad de canciones que componen la biblioteca musical del servicio, pero sí puedo deciros que al estar formada por las contribuciones de los propios usuarios, es amplísima y además es posible encontrar en ella temas que difícilmente podrían encontrarse fuera de los circuitos comerciales de los sellos más conocidos. Desgraciadamente, el otro lado de la moneda es que, en ocasiones, nos topamos con música música mal catalogada o etiquetada.

Pero la mayor ventaja sobre su rival Spotify radica, sin duda, en la ausencia de publicidad sonora; ya sea en las cuentas VIP o las gratuitas, nunca nos veremos interrumpidos por los dichosos anuncios de «Grendey y Aifón». Por otra parte, el principal valor añadido de las cuentas VIP, las cuentas de pago, estriba en las aplicaciones móviles (iPhone, Android, Palm, y Symbian) y en ciertas funcionalidades menores como la aplicación de escritorio (basada en Adobe Air), el «scrobbling» a last.fm, etc.

En cuanto a las aplicaciones para móviles, vale la pena mencionar que, debido al doble rasero con el que Apple aprueba las aplicaciones de su Apple Store, hubo bastantes dificultades para permitir dicha aplicación, hasta tal punto que ante la negativa de Apple, llegó a ser publicada en Cydia (la «tienda no oficial» para dispositivos con jailbreak). Para más inri, cuando finalmente los de Cupertino permitieron su publicación, escasos días más tarde fue retirada debido a una reclamación de la discográfica «Universal Music Group UK». Los chicos de Grooveshark, esperan poder solucionar estos escollos pronto y regresar así a la tienda de aplicaciones más exitosa del mundo.

En definitiva, se trata de un gran servicio que, pese a sus carencias, es absolutamente recomendable, especialmente si estáis cansados de la publicidad de Spotify y  encontráis demasiado caro el precio de sus cuentas Premium.

Como colofón, os dejo un enlace a Grooveshark Playlists, una página web cuyo título habla por sí solo.