Ahí va una trivialidad: Según un estudio del New York Times, el 5,6% de los clicks que se realizan en mensajes de spam están relacionados con productos o servicios de contenido sexual.
Y no solo eso, con ese porcentaje el sexo y la pornografía se sitúan muy lejos de la siguiente temática en la lista, medicinas y drogas (como no), siendo esta última 280 veces menos efectiva que el sexo.
Y ya en la tercera posición, tenemos los "oh que novedad" tediosos anuncios de Rollex.
Nadie duda que el sexo mueve montañas, pero lo que realmente me extraña es que el spam siga existiendo porque eso significa que todavía funciona, o sea que hay gente que pulsa en el correo electronico no deseado y sobretodo, no solicitado. De nuevo, supongo que la educación se impone como la mejor aunque lenta arma para luchar contra esta tediosa forma de publicidad.