Mucho se está hablando últimamente de Second Life. Una aplicación que supuestamente te permite tener «una segunda vida» en Internet. Básicamente se trata de red social con formato tridimensional. La verdad, no veo que difiera demasiado de aquellas primeros chats tridimensionesles hechos en vrml que poblaban internet a finales de los noventa. Aún así, pese a que se trata de un sistema todavía precario, con unos gráficos pobres, y especialmente limitado por la tecnología actual (léase lag), el «mundo» de Second Life aporta algunas novedades que, quien sabe, quizás supongan los pilares de futuras naciones virtuales: se rige por sus propias leyes, aunque siempre limitado por el marco legislativo real, existen negocios y éstos operan con moneda propia (intercambiable por dinero real), existe propiedad privada (y no gratuita)… vamos, como en el mundo real.
Por eso me ha hecho mucha gracia Get a First Life, una ácida sátira dónde se insta al usuario a adquirir antes que una «Segunda Vida», una «Primera Vida», una vida real. Algunas frases, traducidas por mí, que no tienen desperdicio:
«Fornica usando tus propios genitales»
«El primer mundo 3D analógico donde no existe lag»
«Experimenta con drogas recreativas que afectan a tu mente»
«Sal fuera, la inscripción es gratuita»
Lo dicho, ¿qué tal si aprovechamos más nuestro mundo real antes de empecinarnos en vivir en mundos virtuales de raquítica calidad?