En Estados Unidos las demandas absurdas están a la orden del día. Si a esto le unimos cierta gente ignorante que quiere hacer negocio en internet sin conocer lo más minimo sobre las reglas del juego del medio, obtenemos la inkoherencia del día, una bonita historia que lamentablemente no es fantástica.
Érase una vez pobre «webmaster» (atentos a las comillas) que, muy humildemente, con gran perseverancia y tesón, se dedicaba a robar linkar imagenes de otra web utilizando así un ancho de banda que no era suyo. Pero el tiránico y egoista dueño de la página que albergaba realmente las imagenes , se percató de ello y las escondió (o las borró, o las movió), de tal forma desaparecieron la web de nuestro protagonista como por arte de magia. Lejos de amedrentarse, nuestro héroe decidió plantarle cara y luchar. Se armó nada más y nada menos que con una de las más poderosas armas con las que pueden armarse los cobardes en Estados Unidos: una amenaza legal. O el cruel ogro volvía a permitir que le robaran tomaran prestadas sus imagenes, o caería sobre él todo el peso de la justicia ley.
Vía Abadia digital.
Notícia original (en inglés): Digg.